La historia del Parque natural del Alto Tajo
El Parque Natural del Alto Tajo, ubicado en España entre las provincias de Guadalajara y Cuenca, es un espacio de gran riqueza ecológica. Fue creado en el año 2000, se extiende sobre una superficie de más de 174.000 hectáreas, caracterizado por sus impresionantes cañones y hoces formados por el río Tajo y sus afluentes. La geología del parque es variada, con predominio de terrenos secundarios y cuaternarios, y una rica litología que incluye calizas, yesos y areniscas. El clima mediterráneo continentalizado del parque favorece una vegetación adaptada a condiciones extremas, con especies como pinos, quejigos, sabinas y encinas. La fauna es igualmente diversa, destacando los mamíferos pequeños, zorros, aves rapaces como el buitre leonado, y una variedad de peces, reptiles, anfibios e invertebrados. Además de su importancia natural, el parque también juega un papel crucial en la economía local, con el turismo emergiendo como una fuente de ingresos importante.
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Historia geológica
El Alto Tajo no es solo un parque, es una cápsula del tiempo geológico. Su terreno está compuesto principalmente por formaciones secundarias y cuaternarias, destacando sus calizas, yesos, areniscas y arcillas. Estos elementos configuran un paisaje de páramos y cañones, ofreciendo una vista espectacular de hoces y valles.
El parque es atravesado por numerosos ríos, incluyendo el río Tajo y sus afluentes como el Hoz Seca, Gallo, Linares y Ablanquejo. Estos ríos han esculpido el paisaje a lo largo de millones de años, creando impresionantes cañones y hoces que son un deleite para la vista.
Clima del Alto Tajo
El clima del Alto Tajo es mediterráneo continentalizado, con veranos suaves e inviernos extremadamente fríos. Esta variabilidad climática ha dado lugar a una vegetación única. Los pinos dominan los bosques, pero también se encuentran quejigos, sabinas y encinas.